Clásicos de la Filosofía
No podemos permitirnos perpetuar la ceguera del prejuicio ni postergar su crítica. Nos hemos cansado de mirar las sombras y llega el trance de la fuga hacia el exterior de la caverna, de contemplar la luz del sol. Tenemos que huir de la domesticación impuesta por la autoridad y la costumbre, sacudirnos las cadenas y liberar el pensamiento. Nos urge cuestionar las ideas dominantes, violentarlas, y convertirnos en una amenaza para la inercia. Necesitamos atentar contra el mal llamado «sentido común», y no hay nada más letal contra todo lo normalizado que un pensamiento certero y lúcido, incómodo y a contracorriente.
A pesar de la dificultad de la tarea, no estamos solos. Antes que nosotros, valientes e incansables pensadores y pensadoras transgredieron tanto la cultura y la naturaleza, como la política y la humanidad, y sus ideas siguen siendo actuales. Son gigantes a los que debemos retornar y sobre los que alzarnos para poder salir de la caverna. Con esta vuelta a los clásicos, tal como ellos hicieron en su momento, queremos reivindicar el pensamiento sublevándolo y cambiando, en el fondo, lo que somos.
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Humano, demasiado humano y Fragmentos póstumos (1876-1879)
Esta obra, a la vez profundamente dolorosa y necesaria, es el comienzo de toda la «filosofía de la sospecha». Redactada entre 1878 y 1879, c...