Vladímir Korolenko
Vladímir Korolenko (1853-1921) fue un importante cuentista ruso cuya obra, a caballo entre dos siglos, denota un profundo humanismo. Su padre era juez y pertenecía a una familia cosaca; la madre procedía de un linaje noble de Polonia. En 1871 fue a estudiar al Instituto de Tecnología de San Petersburgo; luego pasó a Moscú, de cuya Escuela de Agricultura fue expulsado con motivo de su ingreso en una asociación política de carácter secreto. Por aquel entonces inició la publicación de sus primeras narraciones, o, más bien, esbozos, que permiten ya vislumbrar su carácter populista. Detenido en 1879 y desterrado al nordeste de Siberia, en 1885 obtuvo el permiso necesario para volver a Rusia; establecido en Nijni-Novgorod, vivió en esta ciudad casi a lo largo de un decenio y compuso la mayoría de los textos narrativos que le dieron notoriedad, memorables por su profunda humanidad y su acertado dominio de la estructura psicológica de la descripción: El sueño de Makar, El músico ciego, En mala compañía y Susurros del bosque. Cuando en 1891 se produjo la gran penuria de la Rusia meridional participó en las actividades de socorro; luego confió sus propias impresiones acerca de ello en el libro El año del hambre, en el que aparece también su temperamento de luchador en favor de las causas sociales. En 1895 se trasladó a Poltava, y aquí permaneció más de veinte años, de 1900 a 1921, compuso otras narraciones y, sobre todo, participó a través de escritos y acontecimientos diversos en la vida social rusa; en Casa n.º 13 (1903), por ejemplo, discutió el «progrom» de Charkov, y en La tragedia de Sorochincy (1906) la reacción que siguió al fracaso revolucionario de 1905. A su muerte trabajaba todavía en su obra principal: las memorias tituladas Historia de un contemporáneo mío.